Giuseppe Arcimboldo, (1527-1593), fue un pintor italiano, conocido sobre todo por sus representaciones manieristas del rostro humano a partir de flores, frutas, plantas, animales u objetos; esto es, pintaba representaciones de estos objetos en el lienzo, colocados de tal manera que todo el conjunto tenía una semejanza reconocible con el sujeto retratado. Hijo de Biagio, un pintor que trabajó para la construcción de la escuela de pintores en la catedral de Milán. Le encargaron a Arcimboldo diseños para vidrieras, a partir de 1549, incluyendo la Historias de Santa Catalina de Alejandría en la catedral de Milán. En 1556 trabajó con Giuseppe Meda en frescos para la Catedral de Monza.
Estuvo al servicio de los Habsburgo entre los años 1560 y 1587. Se supone que trabajó también en la Italia meridional y que tuvo un taller propio y discípulos en Roma.
En 1562 se convirtió en retratista de corte de Maximiliano II en la corte Habsburgo de Praga. Fue también decorador de corte y diseñador de trajes. El rey Augusto de Sajonia, que visitó Viena en 1570 y 1573, vio la obra de Arcimboldo y le encargó una copia de sus Cuatro estaciones que incorporara sus propios símbolos monárquicos.
En Praga trabajó también para Rodolfo II (emperador desde 1576 hasta 1612) y se le considera el «Leonardo da Vinci» de la corte bohemia, diseñador de aparatos hidráulicos milagrosos (un poco como su coetáneo en la corte española Juanelo Turriano) y de instrumentos musicales fantásticos: en este sentido puede decirse que trabajó para el emperador Rodolfo II «reemplazando» la figura del viejo Juanelo, cuyos inventos, experimentos diversos y aparatos mecánicos impresionaron al joven Rodolfo durante su estancia en la corte de su tío, el rey español Felipe II.
Su obra convencional, consistente en pinturas tradicionales del género religioso, ha caído en el olvido. No ocurre lo mismo con sus «caprichos» alegóricos, cuadros en los que las naturalezas muertas, los conjuntos de flores, frutas, mariscos o peces, crean figuras simbólicas. En efecto, estos retratos pre-surrealistas de cabezas humanas hechas de verduras, frutas y raíces, fueron muy admirados por sus contemporáneos y aún hoy suscitan fascinación. Extractado del artículo sobre Arcimboldo en Wikipedia ENLACE .
Veremos a continuación los cuadros más representativos de este artista, el texto que precede a cada serie lo he tomado literalmente de la web G. Fernández - theartwolf.com ENLACE , pues a mi parecer describe de forma breve y claramente la obra del artista.
LAS CUATRO ESTACIONES
Arcimboldo pintó numerosas series de "Las cuatro estaciones" (una de ellas en una colección particular de Bérgamo, pintada hacia 1572; otra, hacia 1573, conservada en el Museo del Louvre) siendo cada una de ellas una copia sin apenas variación de la anterior, lo que refleja el éxito de la serie. El pintor ha representado los hipotéticos rostros de las estaciones mediante los elementos típicos de cada una de ellas. Así, el rostro de la primavera está formado por flores, el verano tiene rostro de frutos y cuerpo de trigo, mientras que el otoño es un curioso compendio de hojas caídas, setas, y frutos de cosecha. La serie concluye con el invierno, tal vez el retrato más complejo y menos descifrable de la serie, en el que se intercalan elementos claramente secos y fríos, como la corteza que forma la cara, con otros más cálidos y vivos, como las hojas de la cabellera y las dos frutas que cuelgan del cuello. Parece como si el alegre Arcimboldo se negase a sacar una cara amable a la menos amable de las estaciones.
Para ampliar las imágenes pulsen sobre ellas. Para ver el título pase el cursor sobre la lamina.
LOS CUATRO ELEMENTOS
Al igual que en "Las cuatro estaciones", Arcimboldo vuelve a atribuir a cada elemento un rostro formado por lo más característico de cada uno de ellos. No obstante, la serie posee ciertos elementos que la hacen bastante diferente, e incluso más interesante, que la anterior.
Para empezar, y a diferencia de la serie anterior, cada uno de los rostros está formado por un solo tipo de elemento compositivo. Así, el rostro de la tierra está formado solamente por animales terrestres, el del aire por aves, y el del agua por peces y animales marinos. Caso aparte es el fuego (Museo Histórico, Viena), representado por múltiples elementos flamígeros, desde unas brasas que hacen las veces de cabellera hasta unos cañones en el torso. Sin embargo, y a pesar de esta aparente limitación, las pinturas son bastante más conseguidas que en la serie anterior.
Además, hay que decir que la serie guarda una evidente relación con "Las cuatro estaciones". De hecho, ambas series están organizadas según en hipotético "eje de simetría", que enfrenta al aire con la primavera, al verano con el fuego, al otoño con la tierra, y al invierno con el agua.
RETRATOS
Pero Arcimboldo no se limitó exclusivamente a la creación de series de lienzos (elementos, estaciones) sino que pintó también numerosos retratos individuales, muchos de ellos para el Emperador Rodolfo II, en su original e inconfundible manera.
Aunque el título de "obra más original de Arcimboldo" puede estar más que discutido, personalmente no dudaría en entregárselo al espectacular "El bibliotecario" (c.1566, Skoklosters Slott, Suecia), obra fabulosamente imaginativa, que, con sus formas geométricas y desbordante fantasía, parece anticipar las vanguardias del siglo XX.
El grotesco retrato de "El jurista" (dos versiones, una fechada en 1566 y que se conserva en Statens Konstsamlingar de Estocolmo; otra algo posterior en una colección particular de Milán) es una de las obras más polémicas de Arcimboldo. En primer lugar, ¿quién es el grotesco hombre retratado? Mientras que bastantes críticos sostienen que se trata del jurista J. U. Zasius, otros afirman que se trata del mismísimo Calvino. De cualquier modo, el rostro del hombre, que comparte ojo con el horrendo pollo desplumado, resulta realmente perturbador.
El retrato / bodegón de "Vertumno ( c.1590, Skoklosters Slott, Suecia) es quizás la obra más ambiciosa de Arcimboldo, un exuberante retrato de Rodolfo II caracterizado como el dios Vertumno, que el poeta Gregorio Comanini describió así:
Mira la manzana, mira el melocotón
como se me ofrecen en ambas mejillas
redondos y llenos de vida
Fijate en mis ojos
de color cereza uno
el otro de color de mora.
No te dejes engañar, es mi cara.
He obtenido las imágenes de varias fuentes que les relaciono a continuación:
Imágenes en Wikimedia Commons ENLACE
Descripción de las series más conocidas del artista en theartwolf.com ENLACE
Algunas obras del artista en Web Gallery of Art ENLACE
Cuadros del artista en AIWAST.net a muy buena resolución ENLACE
32 pinturas en Giuseppe Arcimboldo The complete Works ENLACE
Saludos.
Estuvo al servicio de los Habsburgo entre los años 1560 y 1587. Se supone que trabajó también en la Italia meridional y que tuvo un taller propio y discípulos en Roma.
En 1562 se convirtió en retratista de corte de Maximiliano II en la corte Habsburgo de Praga. Fue también decorador de corte y diseñador de trajes. El rey Augusto de Sajonia, que visitó Viena en 1570 y 1573, vio la obra de Arcimboldo y le encargó una copia de sus Cuatro estaciones que incorporara sus propios símbolos monárquicos.
En Praga trabajó también para Rodolfo II (emperador desde 1576 hasta 1612) y se le considera el «Leonardo da Vinci» de la corte bohemia, diseñador de aparatos hidráulicos milagrosos (un poco como su coetáneo en la corte española Juanelo Turriano) y de instrumentos musicales fantásticos: en este sentido puede decirse que trabajó para el emperador Rodolfo II «reemplazando» la figura del viejo Juanelo, cuyos inventos, experimentos diversos y aparatos mecánicos impresionaron al joven Rodolfo durante su estancia en la corte de su tío, el rey español Felipe II.
Su obra convencional, consistente en pinturas tradicionales del género religioso, ha caído en el olvido. No ocurre lo mismo con sus «caprichos» alegóricos, cuadros en los que las naturalezas muertas, los conjuntos de flores, frutas, mariscos o peces, crean figuras simbólicas. En efecto, estos retratos pre-surrealistas de cabezas humanas hechas de verduras, frutas y raíces, fueron muy admirados por sus contemporáneos y aún hoy suscitan fascinación. Extractado del artículo sobre Arcimboldo en Wikipedia ENLACE .
Veremos a continuación los cuadros más representativos de este artista, el texto que precede a cada serie lo he tomado literalmente de la web G. Fernández - theartwolf.com ENLACE , pues a mi parecer describe de forma breve y claramente la obra del artista.
LAS CUATRO ESTACIONES
Arcimboldo pintó numerosas series de "Las cuatro estaciones" (una de ellas en una colección particular de Bérgamo, pintada hacia 1572; otra, hacia 1573, conservada en el Museo del Louvre) siendo cada una de ellas una copia sin apenas variación de la anterior, lo que refleja el éxito de la serie. El pintor ha representado los hipotéticos rostros de las estaciones mediante los elementos típicos de cada una de ellas. Así, el rostro de la primavera está formado por flores, el verano tiene rostro de frutos y cuerpo de trigo, mientras que el otoño es un curioso compendio de hojas caídas, setas, y frutos de cosecha. La serie concluye con el invierno, tal vez el retrato más complejo y menos descifrable de la serie, en el que se intercalan elementos claramente secos y fríos, como la corteza que forma la cara, con otros más cálidos y vivos, como las hojas de la cabellera y las dos frutas que cuelgan del cuello. Parece como si el alegre Arcimboldo se negase a sacar una cara amable a la menos amable de las estaciones.
Para ampliar las imágenes pulsen sobre ellas. Para ver el título pase el cursor sobre la lamina.
LOS CUATRO ELEMENTOS
Al igual que en "Las cuatro estaciones", Arcimboldo vuelve a atribuir a cada elemento un rostro formado por lo más característico de cada uno de ellos. No obstante, la serie posee ciertos elementos que la hacen bastante diferente, e incluso más interesante, que la anterior.
Para empezar, y a diferencia de la serie anterior, cada uno de los rostros está formado por un solo tipo de elemento compositivo. Así, el rostro de la tierra está formado solamente por animales terrestres, el del aire por aves, y el del agua por peces y animales marinos. Caso aparte es el fuego (Museo Histórico, Viena), representado por múltiples elementos flamígeros, desde unas brasas que hacen las veces de cabellera hasta unos cañones en el torso. Sin embargo, y a pesar de esta aparente limitación, las pinturas son bastante más conseguidas que en la serie anterior.
Además, hay que decir que la serie guarda una evidente relación con "Las cuatro estaciones". De hecho, ambas series están organizadas según en hipotético "eje de simetría", que enfrenta al aire con la primavera, al verano con el fuego, al otoño con la tierra, y al invierno con el agua.
RETRATOS
Pero Arcimboldo no se limitó exclusivamente a la creación de series de lienzos (elementos, estaciones) sino que pintó también numerosos retratos individuales, muchos de ellos para el Emperador Rodolfo II, en su original e inconfundible manera.
Aunque el título de "obra más original de Arcimboldo" puede estar más que discutido, personalmente no dudaría en entregárselo al espectacular "El bibliotecario" (c.1566, Skoklosters Slott, Suecia), obra fabulosamente imaginativa, que, con sus formas geométricas y desbordante fantasía, parece anticipar las vanguardias del siglo XX.
El grotesco retrato de "El jurista" (dos versiones, una fechada en 1566 y que se conserva en Statens Konstsamlingar de Estocolmo; otra algo posterior en una colección particular de Milán) es una de las obras más polémicas de Arcimboldo. En primer lugar, ¿quién es el grotesco hombre retratado? Mientras que bastantes críticos sostienen que se trata del jurista J. U. Zasius, otros afirman que se trata del mismísimo Calvino. De cualquier modo, el rostro del hombre, que comparte ojo con el horrendo pollo desplumado, resulta realmente perturbador.
El retrato / bodegón de "Vertumno ( c.1590, Skoklosters Slott, Suecia) es quizás la obra más ambiciosa de Arcimboldo, un exuberante retrato de Rodolfo II caracterizado como el dios Vertumno, que el poeta Gregorio Comanini describió así:
Mira la manzana, mira el melocotón
como se me ofrecen en ambas mejillas
redondos y llenos de vida
Fijate en mis ojos
de color cereza uno
el otro de color de mora.
No te dejes engañar, es mi cara.
He obtenido las imágenes de varias fuentes que les relaciono a continuación:
Imágenes en Wikimedia Commons ENLACE
Descripción de las series más conocidas del artista en theartwolf.com ENLACE
Algunas obras del artista en Web Gallery of Art ENLACE
Cuadros del artista en AIWAST.net a muy buena resolución ENLACE
32 pinturas en Giuseppe Arcimboldo The complete Works ENLACE
Saludos.
Sublime!!! Son espectaculares las imàgenes, gracias por compartirlas. Tu blog es excelente Cèsar, ya te lo dije en otra oportunidad y lo reitero. Gracias nuevamente.
ResponderEliminarAdriana.
Gracias a ti por visitar asiduamente el blog adriana.
ResponderEliminarSaludos.