Con el título completo de Los mexicanos pintados por si mismos, tipos y costumbres nacionales. Esta espléndida obra de la literatura mexicana, publicada entre 1854-1855, fue redactada por algunos de los más famosos escritores mexicanos de mediados del siglo XIX.
El siglo XIX mexicano fue de búsqueda de una identidad después de los agitados acontecimientos que llevaron a la Independencia del que había sido Virreinato de la Nueva España, de su metrópoli peninsular. Durante la primera mitad se sucedieron los levantamientos, las rebeliones y, como es natural, los textos constitucionales. En el periodo que va del Imperio de Iturbide a la dictadura de Santa Anna, no fue fácil encontrar los lazos de unión entre los mexicanos. Se dieron diversas formas de gobierno y hay que agregar la invasión norteamericana y la pérdida de los enormes territorios del Norte para entender la urgencia de encontrar el hilo conductor que podía servir para aglutinar las voluntades y crear las instituciones que permitieran gobernar al país.
La necesidad de encontrar los rasgos de identidad es quizá la razón por la que, hacia mediados del siglo XIX, en México, al igual que en otros países, prosperaron las publicaciones costumbristas que pretendían reforzar el sentimiento nacionalista y generar una conciencia histórica, mediante la descripción de los personajes más representativos de la naciente patria a propósito de su indumentaria, oficio, modo de hablar y otras características de orden étnico o regional
En su primera edición se advierten 33 retratos literarios que se acompañan de las representaciones iconográficas originales de Hesiquio Iriarte y Andrés Campillo, quienes logran dar a cada personaje la imagen que refleja la riqueza de su contexto.
Amén de estas láminas, los autores de las descripciones —hombres prominentes de letras e historia— nos obsequian con el elegante lenguaje de entonces, las particularidades de cada oficio y los rasgos antropológicos de los personajes; estos notables fueron: Hilarión Frías y Soto, José María Rivera, Juan de Dios Arias, Ignacio Ramírez, Pantaleón Tovar y Niceto de Zamacois. Liberales los más, conservador alguno, mexicanos, todos, que quisieron legar a la posteridad su retrato del país.
En esta búsqueda y en apego a los modelos ingleses, franceses y españoles de la época, entre 1854 y 1855, las prensas de la Imprenta de Manuel Murguía y Comp., en el Portal del Águila de Oro, dieron a luz la primera edición de Los mexicanos pintados por sí mismos; obra con una mirada introspectiva hacia algunos de los tipos representativos del mestizaje mexicano, cuya publicación reveló entonces una nueva realidad que hoy sigue vigente: lo mexicano no era, ni es, uniforme; por el contrario, se entiende como algo múltiple, complejo, por así decirlo, es suma de diversidad.
Algunos de estos oficios, como los propios autores explican, estaban a punto de desaparecer, como el aguador, al introducirse la red hidráulica en la ciudad de México; otros, sobrevivieron hasta finales del porfiriato. Sin duda, la mayoría ya no existe en el México multi cultural y globalizado del siglo XXI, no obstante, su recuento nos muestra la diversidad cultural de entonces y nos da herramientas para entender la de ahora.
Los mexicanos pintados por sí mismos ilustra aspectos de la vida cotidiana, como el vestido y los instrumentos de trabajo y uso en diversos oficios; así como también, rasgos étnicos y diferentes actitudes nacionales.
La edición de Internet Archives presenta 28 láminas. ENLACE
Sin embargo encuentran la misma obra en línea más completa, descargable en pdf por capítulos, en Colección digital UANL (Universidad Autonoma de Nuevo León-México),
Amplia información sobre la obra pueden encontrar en este ensayo: ENLACE .
Y en general sobre literatura costumbrista de la época el excelente trabajo de María de los Angeles Ayala “Las colecciones costubristas 1870-1885” ENLACE
Veamos algunas de sus láminas, para una amplia descripción de las mismas aconsejo descargar de cualquiera de los enlaces indicados más arriba la obra completa y leerlos con tranquilidad, les garantizo que vale la pena. Para ampliar piquen sobre las imágenes en una zona libre de texto y una vez en el servidor escojan “tamaño original”. He escogido para mostrarles aquí las imágenes de la edición de la UANL, que aunque manchadas presentan un mejor escaneo que las de la obra que encuentran en Internet Archives.
He recortado el sobrante de las láminas, corregido exposición y contraste y enmarcado en blanco.
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ResponderEliminarHola, me encantó, era justo lo que estaba buscando. Gracias. Me gustaría suscribirme al blog pero no encuentro el enlace.
ResponderEliminargreat post
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